Este sábado hemos recibido la visita de Rosario, que va a ser la "senior partner" de nuestros dos equipos en la JrFLL. Rosario, que tiene 87 años, vive en Elburgo. Nos ha contado a qué jugaba en Belorado, donde nació, cuando era niña. Algunos juegos de entonces se siguen jugando ahora: la comba, la goma, la gallinita ciega, el tejo, el pillapilla, la pelota ...
Rosario nos ha contado cómo, durante su infancia, no había agua corriente, y los niños acudía a por agua a la fuente para cocinar. Tampoco tenían lavadora, y acudián a lavar la ropa al lavadero en el río. Tampoco había neveras, por lo que almacenaban la carne y otros productos en fresqueras que colocaban al norte de la casa, en la zona más fría.
En las casas había gallinas que ponían huevos y en algunas había más animales. Rosario tenía un gato, que no tenía nombre. El pan se hacía en forma de otanas, redondas, que duraban varios días. Se cocinaba en las cocinas sobre el fuego, y no había calefacción, sino que la casa se calentaba con estufas. Las camas se calentaban con unos armazones de madera de los que se colgaban brasas.
Rosario nos ha contado que en su pueblo había luz eléctrica en las casas, y que había también radios, pero no televisores ni tampoco ordenadores ni teléfonos. Había pocos coches, y los viajes costaba más tiempo que ahora hacerlos.
Los Reyes Magos traían a los niños chocolate o naranjas. El padre de Rosario, que era ebanista, hacía palas para que los jóvenes jugasen en el frontón. Rosario juagaba con muñecas, a las que hacía vestidos. Iba a la escuela andando, y en clase había niños de varias edades. Los profesores eran muy buenos, muy "rectos".
La charla con Rosario ha sido muy entretenida, y los niños han participado con sus preguntas y comentarios. Hemos quedado con Rosario para que venga a vernos más adelante, cuando tengamos avanzados nuestros pósters y maquetas.
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