Para ello, usamos un recipiente de polispán, donde ubicamos un teléfono móvil que repetía una sintonía. Cerca de él colocamos otro movil con una aplicación de sonómetro. El conjunto estaba situado en el interior de un arcón congelador vacío, que actuaba como aislante del sonido exterior, y todo ello lo hicimos en el sótano del polideportivo, la zona más silenciosa del mismo.
Cerramos el recipiente en primer lugar con un simple cartón. En segundo lugar, con una capa simple de plumas de volante usado. En tercer lugar, colocamos una placa con doble capa de volantes de pluma. Posteriormente colocamos una placa de cabezas de volante -corcho- y, por último, un aislante con una capa de pluma y una de cabezas de volante.
Esta es la gráfica eu muetra el sonómtro tras aislarno acústicamente solo con una plaa de cartón. Alcanza un máximo de 80dB.
Con el aislamient de una capa de plumas de volantes, el máximo se sitúa por debajo de los 60 dB.
Con el aislamiento de una doble capa de plumas de volantes de bádminton usados, el máximo se queda ceca de los 50 dB.
El uso de una capa de cabezas de corcho de los volantes de pluma usados da uno resultados similares, con una disminución del pico recogido en el sonómetro cercana a los 20 decibelios.
La capa de corcho y pluma no produce tanta reducción, aunque observamos que el recipiente de polispán que usamos está ya agrietado, por lo que la medida no es comparable a la obtenida en ensayos anteriores.
Mostramos a continuación un video con el experimento:
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